A pesar de que la metodología no es la mejor, pues tiene varias limitaciones – una de ellas es la de contar líneas de código, por mucho una de las prácticas de menor nivel cuando se estima el tamaño del código fuente -, si nos da una buena idea. Afortunadamente la Fundación Linux documentó todas estas limitantes para darle mayor claridad; también es de notar que Linux es particularmente difícil de medir, con todas las distribuciones y paquetes que se incluyen en estas.
Pero no es la única información que contiene el informe: por ejemplo, también se encuentran los datos estadísticos que dicen que reescribir 204 millones de líneas de código que contiene Fedora 9 requerirían 60,000 personas por año de tiempo de desarrollo; también se revela que los componentes con la mayor cantidad de líneas de código son el Kernel con 5,961,705, seguido por otros como el compilador GNU, la suite OpenOffice.org, el IDE Eclipse, y el navegador FireFox.
Si lo pensamos un momento, de este documento se desprenden muchas reflexiones: primero que nada, que Linux es un esfuerzo comunitario tremendo, más del que pensamos, y que es algo que vale la pena conservar, y más aún, ayudar a su desarrollo, si es posible; también el tener en cuenta cuanto vale lo que usamos, y cuanto nos ha costado obtenerlo y usarlo (te lo digo: $0.00)…recuérdalo cuando algo falle y te pongas pesado al dejar tu primer mensaje en un foro de ayuda de Linux porque algún desarrollador no te conteste; y por último, y la más importante: creo que es bastante obvio, pero a pesar de todo este esfuerzo Linux aún no está listo para los escritorios de los usuarios comunes y corrientes, y que quizás falte un tiempo considerable para que lo esté. Pero sin duda alguna, Linux está en el camino correcto.